jueves, 1 de julio de 2010

Bases del Zen

VíA DEL CONOCIMIENTO -

EL EJERCICIO DEL ZAZEN



El pensamiento oriental no se considera al cuerpo como la sede sagrada del alma o del espíritu. El cuerpo y el espíritu son contemplados como dos dimensiones de un mismo fenómeno, no son entidades independientes


Según el pensamiento oriental, las concepciones personales
están basadas en la conciencia de las sensaciones corporales.

Emprender un camino como el Zen significa ir incorporando y sensibilizándose en esta sabiduría del cuerpo.

El control de si mismo exige volverse consciente de las propias funciones que nuestro cuerpo realiza y de todos los mecanismos conscientes o inconscientes que las subtienden. La sabiduría del cuerpo es demasiado antigua y demasiado profunda para ser captada por las facultades intelectuales por eso los métodos como el Zen, o el yoga insisten en la estimulación del poder del cuerpo y de las posibilidades de autorealización.

Es el Zen en particular quien a partir del cuerpo apunta a la percepción de una conciencia total del ser, el camino nos revela la conciencia más profunda del sí mismo.

No cabe duda que el hombre no puede eludir las grandes realidades humanas como son la muerte, la soledad y la inevitable interdependencia entre ellas. El Zen nos lleva a través del cuerpo a la aceptación positiva de la realidad humana, nos reconcilia con nosotros mismos y nos devuelve la capacidad de vivir aquí y ahora, de superar el miedo a la muerte , al sufrimiento, a la soledad y nos posibilita el ser creativos y llegar a amar de forma incondicional.

Analizemos algunas características básicas relacionadas con la postura


Bien enraizado

Esta primera característica hace alusión a un arbol.
De acuerdo con esta conciencia, un árbol es un suma de raíces tronco. ramas, hojas... Las raíces representan, ante todo, el lugar en el que el árbol descansa; de igual modo, la pelvis es el lugar en el que el hombre debería descansar (el hombre que «sube» abandona su pelvis, se irrita, se agita, pierde pie).
Las raíces constituyen, así mismo, el lugar en donde las fuerzas de la tierra se transforman en fuerzas de vida para el árbol y la pelvis, el centro de la tierra en el hombre es el lugar en donde las fuerzas de la Gran Vida se transforman en fuerzas de vida para el hombre.
Por último, las raíces representan el lugar desde donde el árbol se eleva hacia lo alto; lo mismo puede decirse del hombre con respecto a su desarrollo espiritual (al que no hay que confundir con su desarrollo mental ).
El proceso de maduración del hombre parte de la pelvis.

No es indispensable sentarse en el suelo, con las piernas cruzadas en semí-loto o en loto. Puede utilizarse una silla. Pero siempre, sea cual sea la posición elegida, la postura debe ser tal que las rodillas queden situadas más bajas que la pelvis. Para ello, es mejor instalarse en la parte de delante del asiento o del cojín.

Las diferentes posturas para sentarse son:


1. Loto completo

2. Medio loto

3. Postura Birmana

4. Postura para principiantes (con un safu o con banquito)

5. Sentado en una silla


Las manos
En esta posicion, o, digamos mejor, en este gesto, las manos quedan unificadas. Racionalmente, es posible distinguir siempre la mano izquierda a un lado, la mano derecha al otro. Es una mirada legítima para la conciencia humana, una mirada que objetiva, que distingue, que separa.

El gesto de las manos, en nuestro ejercicio, no es solamente el símbolo de unificación sino, así mismo, la oportunidad de una experiencia, de una vivencia, de una sensación de unidad.

Cubrir los dedos de la mano derecha con la mano izquierda (con las palmas hacia arriba); los pulgares deben estar en contacto de modo que, con los índices, tracen un círculo o una elipsis. Los meñiques se colocan en contacto con el bajo vientre, de forma que los pulgares queden aproximadamente a la altura del ombligo. Hay que evitar cualquier crispación en los brazos.

Inmovilidad

¡Quedarse inmóvil! No es, por cierto, algo fáciL Pero no hay que suponer que esta posibilidad es el resultado de una larga práctica. Es una exigencia, un deber al que el principiante debe consentir libremente a partir de su primer ejercicio.

La inmovilidad siempre es difícil para el principiante.
Porque, si bien buscamos la unificación, es muy frecuente que, al principio, encontremos nuestros conflictos internos, nuestra agitación interior.
A veces hay personas que se sienten perdidas en una gran impaciencia, en una agresividad o en pensamientos conflictivos. Cuando tales problemas nos acaecen en la vida cotidiana, solemos responder con una falsa solución (encender el televisor, telefonear a una amiga, beber un whisky...). La verdadera solución, en cambio, es afrontar esta realidad interior. Una práctica perseverante del ejercicio de la inmovilidad nos permitirá, antes o después, experimentar una calma llena de vitalidad. una estabilidad interior.
Es importante todos estos aspectos que nos facilitan liberarnos de las tensiones que se acumulan en el cuerpo y que estan en niveles profundos de nuestra conciencia.
La 1ª Desconfianza de encarna en la pelvis
En la base del cuerpo en la zona de la pelvis se encarna la primera desconfianza, es la desconfianza frente a la tierra, es decir, frente a la materia, a los instintos, a las tinieblas, a la sombra, al inconsciente. Esta desconfianza se encarna en la base del cuerpo. Es el hombre que camina arrastrando los pies, crispado en las pantorrillas, en los muslos, a la altura de la pelvis.
Buscar una buena base, tal como propone el ejercicio. constituye un gesto de confianza de la persona entera que cada uno somos.

Sin dejar de estar bien enraizado en la tierra, hay que intentar mantener el contacto con el cielo. No se trata de que, en el ejercicio, haya que identificarse con pensamientos o estados de ánimo elevados. Se trata de crecer hasta alcanzar la propia talla, la propia altura. Estar allí sin hacerse ni más pequeño ni más grande de lo que se es.

¡Convertirse en uno mismo! ¡Ser uno mismo! ¡Es el deseo de muchos hombres y mujeres de esta época!
Por otro lado, es sorprendente comprobar cuán pocas son las personas que viven en su propia talla, en su propia altura. Siempre faltan algunos milímetros (¡y a veces, incluso, llegan a ser centímetros!).
De vez en cuando, en cambio, una persona se hace más grande de lo que es.
Existe, por un lado, la talla que tenemos, una cifra de una escala, pero la que nos interesa aquí es la talla que somos.
El hombre que, por lo general en forma Inconsciente, se hace más pequeño o más grande de lo que es, se aleja de algún modo de sí mismo. Encontrar y mantener su tamaño en el ejercicio de la meditación es un gesto de la persona entera, un Sí a si mismo. Una manera de expresar:
«Si, soy yo quien está aquí, sin disfraces, sin máscaras». Un gesto de humildad en el doble sentido que este termino tiene: no considerarse más de lo que se es, no considerarse menos de lo que se es.

· Liberarnos a través de la inspiración y la expiración consciente de toda tensión en el rostro y en el pecho
La 2ª desconfianza, se encarna en el pecho
Es la desconfianza frente a los sentimientos y esta causa trabajo a la mayoría, de las personas se encarna en el pecho, en la región del estómago, en el plexo solar.
Es la desconfianza frente a los propios sentimientos, que no nos atrevemos a expresar. Desconfianza frente a los sentimientos de los demás, que encontramos difíciles de aceptar.
El pecho es, asimismo, el lugar donde apoyamos el índice cuando decimos «yo», el centro del ego que con frecuencia se destaca con el gesto de hundir el vientre e hinchar el pecho. Y constituye una de las causas que provocan el desplazamiento del centro de gravedad hacia lo alto y desestabilizan a la persona entera.

Aflojarse en el pecho es un gesto que nos permite trasladar el punto de gravedad hacia abajo sentirse mejor y más serena y estable.
Solo así se puede mantener una espalda recta.

¡Establecer la fuerza en la espalda! Sentir y mantener esta
fuerza mientras dure el ejercicio.

Podríamos decir que la espalda es el asiento de la voluntad Que debemos comprometer en el ejercicio.
La presencia atenta, la actitud despierta, parten de la espalda

La 3ª Desconfianza está enraizada en los hombros

Esta acción de sentarse interiormente debe ir acompañada de una distensión en los hombros. También aquí, es la persona entera la que se suelta en los hombros.

Son muchas las personas que hoy en día se quejan de dolores en los hombros, en la nuca. El médico diagnostica que es el resultado de una crispación que puede desaparecer con unos masajes o una inyección. Sin embargo, no es probable que los dolores desaparezcan de esta manera. Porque lo que se ha encarnado en los hombros y en la nuca es la tercera desconfianza, la que provoca problemas a la mayoría de la gente: ¡la desconfianza frente al mundo! ¿Qué me sucederá mañana? ¿Qué miedos emergen a la soledad, a la muerte, al dolor? ¿Qué pretenden los otros? ¿Con qué voy a encontrarme? ¿Que van a pensar e mí? ¿Qué sentido tiene mi vida? Todas estas preocupaciones nos colocan en estado de alerta.
Nuevamente, el hombre sube, pierde pie, ya no encuentra tranquilidad. Aflojarse en los hombros representa un gesto de confianza de la persona entera.


Actitud de Permanecer

¿ Y ahora?¡Es tan simple que se convierte en dificil! Simplemente estar ahí... en el centro de todo... desligado de todo...

¡Estar ahí! ¡En el centro de todo! Con este ejercicio, buscamos el silencio, el gran silencio, fuente de tranquilidad. Los ruidos perturban el silencio. Y siempre habrá ruidos. Por ejemplo, los ruidos exteriores (un coche que pasa delante nuestro, un niño que llora, un perro que ladra, unos pájaros que cantan...). Asimismo habrá siempre ruidos interiores (una pequeña molestia física en algún lugar, un determinado estado de ánimo, pensamientos y más pensamientos...). Estar ahí... en el centro de todo.

¡Desligado de todo! El silencio que buscamos no es contrario de estos ruidos. El silencio que nos interesa es aquel que ya no se deja perturbar por esos ruidos. Una tranquilidad básica comparable a la que reina en el fondo del mar o en un cielo estrellado, sean cuales fueran las tormentas que agitan la superficie de la tierra. ¡Desligado de todo...! Para desligarse es necesario ligarse allá. ¿Cuál es el cordón umbilical con este «más allá»? La respiracion.

A lo largo de todo el ejercicio, hay que mantener una presencia atenta a la respiración. En cada espiración, sentarse interiormente. En la inspiración, dejarse abrir.

¡La respiración! Nuestro interés se centra en la funcion respiratoria.
Respirar es entrar en una forma y abandonarla enseguida. En la meditación no hacemos ejercicios respiratorios (inventados por el hombre) sino que intentamos volvernos mas transparentes al Soplo, al Respiro que es el lenguaje de la Vida, de la Gran Vida.

Hay tres puntos importantes a tener en cuenta:
1. La espiración siempre es más larga que la inspiración.
2. Hay que adquirir conciencia de que cada respiración está, al mismo tiempo, ligada a la respiración precedente y a la siguiente.
3. Hay que permitir que este flujo continuo nos llene enteramente, a imagen del agua que, al fluir, llena todos los espacios que encuentra en su camino.

Se aconseja a los que empiezan, CONTAR LAS RESPIRACIONES de 1 a 10.
Hay 3 formas:

· Contar el inhalar i el exhalar

Uno mientras inhalo, exhalar y contar Dos sin avanzar el número
a la exhalación, sino seguirla.

· Contar las expiraciones
Provoca llegar al volumen más bajo de aire, al horizonte
de reserva. (Tranquilidad)

· Contar las inhalaciones
Esta es la más dificil (Frescura)

La respiración Zen desempeña un papel fundamental en la meditación y en todas las acciones de la vida cotidiana. Hay que conseguir establecer un ritmo lento poderoso y natural.
A veces se pregunta si se ha de controlar la respiración. Lo primero que un principiante debe hacer es observar atentamente su respiración y volverse intimo con ella.
Sólo se puede controlar aquello que se conoce íntimamente.

Torácica - Diafragmática - Abdominal

Que la respiración llegue a ser abdominal no puede ni debe forzarse, es necesario primero que se suavicen las tensiones que la vida cotidiana nos hace acumular en el diafragma, mientras esta zona no se suaviza, es imposible llegar a realizar correctamente la respiración abdominal.

Lo mejor es seguir íntimamente el oleaje muscular provocado por la respiración, sin presionar, seguir el ritmo natural de cada uno.

El aire, dicen los maestros, contiene la energía del Cosmos de tal manera, asegura Katsuki, que LA CONDICION MENTAL ES FRUTO DE LA INSPIRACION Y EXPIRACION BIEN REALIZADA.

ATENCIÓN


Es comprobado que el nivel de atención, de estar despierto, está intimamente relacionado con la respiración. Es la tensión de los músculos del TANDEN la que bloquea el flujo incontrolado del pensamiento. La atención llega a su máxima altura porque el centro de vigilancia del cerebro está estimulado desde los músculos del Hara pasando por el bulbo o la zona de lo que llamamos el cerebro primitivo.
Cada instante nuestra energía emerge desde abajo, desde el tandem, desde ese nivel de la Mente donde dicha energía es pura, es no objetiva, es atemporal e inespacial. (Esta energía al movilizarse brota desde nuestro interior y comienza a formar pensamientos y sentimientos que disgregan la energ¡a.)

Por eso la atención consiste en una actitud activa, he de aprender a mantenerme despierto, pasivamente atento, para poder percibir esta energ¡a antes de que se disgregue.

Cuando estamos distraídos, nuestra energía interior se halla en el nivel egóico y en este nivel estamos lejos de la Realidad, lejos de nuestra verdadera naturaleza, nuestro potencial interior se halla entonces envuelto en pensamientos, símbolos, mapas del territorio que nos impiden ver lo que somos, nos impiden percibir lo que realmente es nuestra propia naturaleza.

Después que estos pensamientos o sentimientos han emergido no debemos reprimirlos. Hui Neng, el sexto patriarca chino dice: "Reprimir el flujo de la mente es una enfermedad Zen", la mente en blanco no es Zen porque cuando aparecen las formas ya es demasiado tarde, sólo podemos dejar que pasen como nubes e intentar no engancharnos a ellas.

El arte de la meditación consiste en evocar ese gesto interno que gracias a la atención ayudada por la respiración consciente permite que estemos despiertos a ese origen donde nace mi energ¡a.

Cuando nuestra atención opera de un modo activo y vigilante impide la emergencia de pensamientos, de conceptos, de sentimientos, ya que la atención activa no permite que la energ¡a se disgregue en formas emotivas o imaginativas.

Podríamos decir que es una actitud de vigilante observación, expectación. Es aquella actitud vigilante que dice: "habla, te escucho" y es así como se detiene el monólogo interior y no vuelve a empezar hasta que cesa esa actitud vigilante.

Así se consigue esa conciencia o esa mente que es como "El cielo puro e infinito que es azul y no es perturbado por el paso de las nubes blancas". Así se alcanza esa actitud totalmente receptiva (de abandono del Ego) y totalmente despierta.


CORTEX





CENTRO DEL
talamus
DESPERTAR




TANDEN

La atención voluntaria no puede ser mantenida más que
unos segundos, para poder permanecer atenta ha de
recibir nuevos impulsos del cuerpo y en particular de los musculos respiratorios.
Respiración, actua como ritmo que ayuda a serenar el córtex
Vista fija ayuda a calmar la zona prefrontal y
el pensamiento superior se calma.
Se emiten ondas desde el sistema difuso y se calma el cerebro.

El maestro Huig-Neng (ENO), el VI Patriarca chino.
Dedica, en el libro de sus enseñanzas, un capitulo a las tres
características básicas que tiene la práctica de la meditación zen.

NO OBJETO NO APEGO NO DETENCIÓN
Es la Esencia Es Principio fundamental Es la Base


NO OBJETO:

· No hay objeto sobre el que se medite
· No hay un pensamiento, un sentimiento
· No hay un análisis.
· No es meditación.
Es contemplación sin objeto.

La actitud que se requiere durante el Zazen, en japonés se llama mumen-muso, sin pensamientos, sin imágenes, es un estado en el que no se piensa, no hay pensamientos pero si existe una actividad grande de la mente. Esta actitud mental tiene una relación estrecha tanto con la postura como con la respiración, es llegar a un estado de silencio interior, es la mente, es el corazón, el que practica zazen totalmente despierto.

NO APEGO

No apegarse a algo es estar conscientes de su valor absoluto. Cuando uno se sienta en Zazen renueva su actividad creadora, en primer lugar porque toma conciencia de si mismo, en segundo lugar porque si uno está entero en un lugar, todo está allí presente. Todo se crea en cada respiración y experimentamos esta raíz del no apego ya que cada momento es único y creativo, es vivo y nuevo.
El zazen requiere esta primera actitud del NO APEGO, sólo así se puede llegar a experimentar la verdadera libertad.
Un practicante Zen no debe apegarse a la visión luminosa que surge de su práctica. Si viene el Buddha, golpea al Buddha . Si viene el demonio, golpea al demonio. Ninguna imagen es la realidad, ni el más mínimo enganche
Una vez que te has liberado de los apegos a las sensaciones mundanales, no te apegues ahora a las sensaciones de la Vía.

Un maestro Zen preguntó a un discípulo:
"¿qué traes en las manos?"
El discípulo respondió: "un libro de sutra".
"¡Arrójalo!", le gritó el maestro.
Así lo hizo el discípulo.
"¿Qué tienes en las manos?", volvió a preguntar el maestro.
"Nada", respondió el discípulo.
"¡Arrójala!", le gritó el maestro.
"¡Pero si no tengo nada!", exclamó extrañado el discípulo. «¡Arroja esa nada!", replicó el maestro.

Ni apego a los objetos, ni apego al vacío. He aquí la Vía del Zen.

Resumiendo este aspecto, el Zen es la verdadera libertad que nos permite entrar y salir de las cosas , podemos practicar la concentración y el no-apego en la realidad de la vida cotidiana.

Cuando ponemos esto en práctica, aquellos momentos que en nuestra vida eran momentos muertos entre actividades, se convierten en el lugar en que tocamos directamente la realidad original, más allá del tiempo y del espacio. Es como transformarse en el cielo claro, visible entre nubes. El cielo claro, visible, entre las nubes, no es algo que se encuentra entre nube y nube, sino algo que se abre infinitamente por encima de ellas. Esta más allá de las nubes , las contiene pero no está tocado por ellas.

NO DETENCION

Así como el no apego, para Huig-Neng, es el principio fundamental, la no detención él la define como la BASE del Zazen, no te quedes enganchado a ningun pensamiento. No detención es ir directamente a la raíz. no entretenerse con las hojas o con las ramas, dice el Sodoka, superar el terreno conocido de la rutina.

Aceptar fluir dejar que pueda ser llevado más allá de mi mismo.

Eno mismo explica de que manera se puede cultivar esta no detención, es el de la disciplina entendida como acción correcta, es decir, libre de las ataduras del deseo, esa disciplina que supone atención “mente del momento".
El Único momento es el presente, no querer retener nada, no apoderarse de nada. Esa es la disciplina purificadora ya que nos libra de los tres venenos, del odio y todas las formas de agresividad, de la envidia y de todo tipo de ingnorancia que es el peor de los venenos.
No detención es aceptar ser llevado más allá de lo que yo puedo controlar con mis sentidos . En la sutra del Diamante se dice “No morando en ninguna parte la mente se manifiesta” Esta es la no detención, “cuerpo y mente desaparecidos”
Uno de los problemas en la práctica de la atención continuada es la ansiedad, el querer tener, el querer alcanzar, el desear sentir. Tu atención entonces es difusa y tu Mu es una niebla. Resiste esta tendencia y renueva en cada respiración como si fuera un interludio. Haz de tu siguiente respiración un interludio. Configura cada respiración, cada MU, cada momento. Cuando tú estás atento cada cosa sale como una campana que suena en el silencio, cada Mu, cada respiración, son absolutos en sí. También puede ser que estés caminando, abriendo una puerta o haciendo MU en tu safú, dejar que nuestros actos esten delante, deja que cada inhalación sea ella misma y cada exhalación sea ella misma. Cada uno de nosotros podemos practicar Zazen, progresar en ese samadhi absoluto y lograr establecer el verdadero lugar del no lugar o sea con total desprendimiento llegar hasta el ámbito del origen para aprender a vivir y a crear nuestra propia condición.